Un Imperio de la Gran Holanda? Las dimensiones internacionales y transnacionales del fascismo holandés y el NSB, 1922-42: The international and transnational dimensions of Dutch fascism and the NSB, 1922-42

Resumen

El fascismo neerlandés estuvo marcado por una perspectiva y un carácter internacionales desde sus inicios de la década de 1920. Más que un asunto puramente neerlandés, tenía defensores en múltiples países, especialmente en Bélgica y las Indias Orientales (Indonesia). Para muchos de ellos, la idea de un territorio de la Gran Holanda que uniera a todas las naciones de habla neerlandesa -Dietslandia- era fundamental en su visión internacional. Hubo una serie de partidos fascistas holandeses y otras organizaciones repartidas por todo el mundo que tuvieron un éxito limitado a lo largo de la década de 1920, especialmente los fascistas flamencos en Bélgica y el reaccionario Club de la Patria en las Indias Holandesas. Este último fue el más importante, al movilizar con éxito a la población de colonos blancos contra la debilidad percibida frente al nacionalismo indonesio y el comunismo. A principios de la década de 1930 se vieron influenciados por el fascismo. Sin embargo, la potencia fascista dominante en la década de 1930 fue el Movimiento Nacional Socialista de Anton Mussert, que se convirtió en una fuerza considerable en los Países Bajos, pero proporcionalmente aún mayor en las Indias Orientales. Permitiendo la afiliación de miembros de raza mixta al partido, estableció ramas integradas en las colonias, donde se convirtió en el mayor partido político. Una noción culturalista inclusiva de Dietslandia era fundamental para la visión internacional del partido y los planes para un futuro Imperio fascista. Adoptó una postura ampliamente positiva hacia la administración colonial, señalándola como un modelo de gobierno fascista. Este fascismo neerlandés internacional se apoyaba en una red transnacional de miembros y administradores coloniales y veteranos del ejército que se movían por todo el imperio holandés. Esto tuvo un impacto real en el desarrollo de la ideología del partido, ya que los líderes tuvieron que contar con la influencia de la red fascista transnacional. Sin embargo, en última instancia, el chovinismo metropolitano y el supremacismo blanco determinaron el fracaso final del fascismo holandés en las Indias y la falsedad del mito de Dietsland.