Capital cultural digital de docentes universitarios:

un estudio de caso en tiempos de pandemia por Covid-19

Gabriela Jorge1, Javier Organista Sandoval2 y

Maricela López-Ornelas3

Resumen

La tecnología digital ha transformado la interacción social y aunado a ello, la reciente pandemia estableció cambios para vivir con relativa normalidad; el ámbito educativo no es la excepción, en este sentido, se vuelve inminente identificar al docente en ese nuevo espacio social. El artículo aborda aspectos de los tres estados del capital cultural para realizar una metáfora dentro de un contexto digital que expone la problemática actual; a través de vertientes estudiadas por Bourdieu sobre la sociedad y en lo particular, de su capital. En concordancia, destaca el surgimiento de conceptos como el habitus, prácticas e identidad del docente dentro de su espacio social. El método se sostiene de un proceso mixto, con una muestra aleatoria de 179 participantes de una universidad pública del noroeste de México. Los resultados dan cuenta del capital cultural digital del docente al presentarse Covid-19; algunos vieron la necesidad de adquirir nuevos equipos y otros requirieron capacitación para enfrentar las nuevas demandas tecnológicas. Pese a los recientes acontecimientos, los docentes se adaptaron favorablemente a lo nuevo, aunque sus inquietudes respecto a sus estudiantes, se vio evidente. Destaca que la mayoría cuenta con reconocimientos suficientes que le permitan afrontar la problemática actual.

Palabras clave

Capital Cultural; Docência; Educación Superior; Tecnología Digital.

1 Doctoranda en Ciencias Educativas de la Universidad Autónoma de Baja California, México. Profesora de la Universidad Autónoma de Baja California, México. E-mail: gjorge@uabc.edu.mx.

2 Doctor en Ciencias Educativas Universidad Autónoma de Baja California, México. Profesor-Investigador de la Universidad Autónoma de Baja California, México. E-mail: javor@uabc.edu.mx.

3 Doctora en Comunicación de la Universidad de La Laguna, España. Profesora-Investigadora de la Universidad Autónoma de Baja California, México. E-mail: ornelas@uabc.edu.mx.

Digital cultural capital of university teachers:

a case study in times of the Covid-19 pandemic

Gabriela Jorge1, Javier Organista Sandoval2 and

Maricela López-Ornelas3

Abstract

Digital technology has transformed the social interaction, besides that, the recent pandemic stablished changes in order to live in certain normality; the educational area is not the exception, in that sense, it is imminent to identify the teacher in his new social space. The article approaches aspects of the three states of the cultural capital in order to make a metaphor within a digital context that exposes the current problematic; by means of the studied Bourdieu´s dimensions about society and particularly, of his capital. In accordance of that, it highlights the emerge of concepts as the habitus, practices and teachers’ identity within his social space. The method is sustained by a mixed process, with a random sample of 179 participants of a public university in the northwestern of Mexico. The results indicate the teachers´ digital cultural capital when Covid-19 cropped up; some of them needed to acquire new equipment and others training to cope the new technological requirements. Despite the latest events, teachers adapted favorably, although there was evident that they were concerned about their students. It stands out that the majority have enough acknowledgements that allow them to manage the current problems.

Keywords

Cultural Capital; Teaching; Higher Education; Digital Technology.

1 Doctoranda en Ciencias Educativas de la Universidad Autónoma de Baja California, México. Profesora de la Universidad Autónoma de Baja California, México. E-mail: gjorge@uabc.edu.mx.

2 Doctor en Ciencias Educativas Universidad Autónoma de Baja California, México. Profesor-Investigador de la Universidad Autónoma de Baja California, México. E-mail: javor@uabc.edu.mx.

3 Doctora en Comunicación de la Universidad de La Laguna, España. Profesora-Investigadora de la Universidad Autónoma de Baja California, México. E-mail: ornelas@uabc.edu.mx

Introducción

        La sociedad actual está caracterizada por diversos cambios generados por el coronavirus 2019 (Covid-19, siglas en inglés), que han trastocado la vida diaria de las personas. En este entorno, el avance tecnológico y el contexto social se entrelazan para sustentar las actividades que se realizaban habitualmente en circunstancias de presencialidad. Aunado a ello, el aislamiento preventivo - con el fin de evitar la propagación del virus -, reforzó y continúa haciéndolo, el uso de los medios digitales en casa: la compra de despensa vía internet, trámites, home office o la presencia de escuelas virtuales-híbridas. En específico la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) implementó un plan de continuidad académica para continuar con las labores académicas mediadas por el apoyo tecnológico de los procesos educativos.

        En este sentido, el entorno tecnológico, la pandemia y la sociedad - aún en coexistencia - condicionan procedimientos y acciones de docentes de la UABC, universidad pública de México; situación que deriva en nuevas prácticas y conocimientos. En coherencia, se planea analizar el objeto de estudio desde la perspectiva teórica de Bourdieu con relación a su concepción sobre el capital cultural (1987), espacio social (2011), las prácticas y el habitus (1992); elementos que permiten estimar el capital cultural digital del profesorado en el contexto de su quehacer académico.

        En perspectiva, el propósito de la investigación, es presentar hallazgos relacionados al capital cultural digital de los docentes de la UABC, bajo el preservo de la teoría de Bourdieu, es decir, mediante la presencia de metáforas situadas en una actualidad pandémica donde el acceso a la tecnología digital y los beneficios que los docentes obtienen, se ajustan su capital cultural. Finalmente, se realiza una comparación del vasto conocimiento que esta teoría embona en algunas de sus investigaciones, al ser reinterpretados en el entorno actual y situados en un espacio mixto.

1.1. Antecedentes

Previo al Covid-19, la sociedad estaba caracterizada por una considerable exposición a la tecnología, con avances acelerados de nuevos dispositivos tecnológicos, recursos, programas informáticos, entre otros. Ello propiciaba que las personas convivieran de manera presencial y virtual para realizar actividades diversas destinadas a impulsar la calidad de vida de quienes los empleaban (MINISTERIO DE TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN Y LAS COMUNICACIONES, 2019), dispersándose en distintas áreas de forma rápida y acentuada. En coherencia, en el caso de la educación, ésta se beneficia a través de mediaciones del proceso educativo, que de acuerdo al análisis realizado por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (2017), se basan principalmente en el aprendizaje en redes sociales, entornos colaborativos, aprendizaje móvil, big data, cursos abiertos masivos en línea, entre otros.

Al respecto, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) afirma que las tecnologías digitales complementan, modifican y desarrollan la educación. Igualmente, Fernández-Batanero y Rodríguez-Martín (2017) indican que los docentes se benefician mediante nuevos enfoques metodológicos, aportes a la enseñanza y facilidad para acceder al conocimiento, información y recursos, por mencionar algunos.

Por tanto, parte de los efectos de la tecnología sobre la educación, de acuerdo con Fuentes (2017), prevalece el empleo de plataformas educativas para favorecer la viabilidad de clases por los horarios flexibles o por la atención a distancia; el mismo autor menciona, que la autorreflexión, aprendizaje autónomo, ser propositivos y la autoconfianza, se generan al participar en estas plataformas. Respecto a las instituciones educativas, un efecto evidente de la condición pandémica, se observó al indagar alternativas de cómo cambiar la estrategia de dar clases presenciales a en línea; lo mismo sucedió con la infraestructura tecnológica y la adecuación de las asignaturas a los nuevos requerimientos (ORTEGA et al., 2021).

Con relación a los elementos que conforman el capital cultural digital de los docentes universitarios, han surgido diferentes aproximaciones desde la incorporación de la tecnología a la sociedad actual. Al respecto, Matamala (2021) señala que la definición de los diversos términos en torno a un capital en un contexto digital, dependen del objetivo de su conceptualización. En esta idea, en el artículo se pretende precisar dicho concepto dentro de un ámbito educativo de una Institución de Educación Superior (IES) pública de México. Concepción apegada a los conocimientos específicos de docencia y en el manejo de tecnología a manera de apoyo para sus actividades académicas, como un rasgo que caracteriza una cultura tecnológica dentro de un entorno determinado.

Al surgir la pandemia derivada del Covid-19, se establecieron propuestas para dar continuidad a las actividades académicas mediante el uso de tecnologías (BARRÓN, 2020). Al respecto, Bourdieu (2011) citó que los bienes de los individuos, además de clasificarlos, los definen; de modo qué, la continuidad de los estudios, se supedita por el acceso a las tecnologías digitales; en correspondencia, esta teoría determina que la persona es definible e identificable, por el acceso económico que posea. En consonancia, Alcántara (2020) prepondera, que las deficiencias e inequidades para el acceso a tecnologías, la capacitación tecnológica de los docentes, la adaptación del centro educativo ante el cambio abrupto, entre otros, están determinadas por la disponibilidad de recursos tecnológicos y la formación de los profesores. Igualmente, el autor indica que se precisan movimientos enérgicos para gestionar el aprendizaje, a través de una infraestructura tecnológica adecuada, además de la capacitación de académicos para la enseñanza a distancia.

Asimismo, Sánchez et al. (2020) indican que los principales problemas en educación superior están relacionados con la falta de acceso a internet o equipo tecnológico; desconocimiento en el manejo de plataformas; carencias en cuestiones logísticas como administración de tiempo y espacio para trabajar; desconocimiento sobre clases a distancia o incluso cuestiones emocionales, por mencionar algunos. Por consiguiente, el apoyo - relacionado con la tecnología - que las universidades brindan a sus docentes para la realización de sus actividades escolares, impulsa el desarrollo de un capital cultural digital.

1.1.1. Principal problemática

        La problemática actual profundiza en las carencias concentradas en el contexto de los agentes educativos, específicamente en los docentes; y si bien, las razones son diversas, la literatura se centra en aspectos derivados por la falta de equipo, mala conexión a internet, áreas inadecuadas de trabajo o destrezas digitales insuficientes - entre otras -. Con base en ello, el propósito de este trabajo se conduce a definir el capital cultural digital de los docentes de una universidad pública del estado de Baja California, México, durante la pandemia generada por el Covid-19. Por lo que se enuncia abordar tal interés, mediante cuestionamientos que analicen la raíz del problema. Adicionalmente, en las sociedades actuales, las repercusiones del Coronavirus en la educación, incidieron en la adaptación que lograron las instituciones para ajustarse a las nuevas modalidades a distancia mediante el empleo de dispositivos tecnológicos. Por tanto, los docentes se enfrentaron a nuevos requerimientos para continuar con sus clases de forma virtual y así evitar contagios.

        Indudablemente, las actividades académicas del docente han sido afectadas con la implementación de las tecnologías digitales; aunado a esto, se reconoce que esta problemática ha afectado más a ciertos docentes, derivado de la brecha generacional. Al respecto, Schlomann et al. (2020) refiere que el avance tecnológico provoca desigualdades sociales en algunas personas de mayor edad, pues no saben utilizar equipos conectados a internet. Ciertamente, el problema de la brecha generacional implica poner especial atención a las necesidades del docente relacionadas con la capacitación en el empleo de las tecnologías digitales. Por tal motivo, se busca conocer la opinión del docente referente a la decisión de la obligatoriedad para continuar con sus clases a distancia.

        Además de identificar las características que los definen; resaltan elementos que denotan prácticas ya señaladas en los estudios de Bourdieu como la diferencia de estratos sociales dentro de una institución educativa. No obstante, el elemento primordial de este trabajo de investigación fue identificar los factores que le permitan al profesor desarrollarse en sus actividades académicas antes y durante la pandemia.

1.1.2. Aproximación conceptual sobre el capital cultural digital

        Casillas et al. (2014) plantearon el término capital tecnológico para describir aquello que conformaba al docente en su entorno educativo. Los autores lo definieron como saberes, el saber hacer y el saber usar en un sistema de aprendizaje mediado con tecnología digital en las actividades académicas. Así, afirman que este capital le dota al individuo capacidades para lograr competir de mejor manera en diversas áreas sociales.

        De forma similar, Casillas y Ramírez-Martinell (2018) describieron el habitus digital, el cual se conecta con las capacidades y prácticas elaboradas por las personas. Dichos autores indican que el incremento en el uso de teléfonos portátiles y computadoras (debido a la portabilidad, hiperconectividad y ubicuidad) favorece el uso de redes sociales, búsqueda de información, construcción de identidades, registro de lugares visitados, entre otros.

        En un documento reciente, Matamala (2021) alude a la diversidad de significados derivados del capital cultural de Bourdieu; en su texto, señala tres conceptualizaciones diferentes del capital digital. Entre dichas significaciones, la autora describe aquella que considera uso, acceso y habilidades digitales como una ramificación del capital cultural; la segunda se enfoca en un capital económico, cultural y social que conforma una especie de compromiso con las tecnologías. La tercera, se concibe como un nuevo capital, distinto a los tres mencionados y que considera un cúmulo de competencias y tecnología digital al utilizar internet.

1.2. Conformación de un capital cultural digital

        Con el objetivo de distinguir y delimitar el capital cultural digital del docente universitario, se presenta a continuación una reflexión sobre sus principales componentes. Uno de los aspectos es la visión del capital cultural de Bourdieu que incluye tres estados que complementan al individuo; el estado incorporado, objetivado e institucionalizado. En un segundo plano, se describe el habitus del docente, elemento fundamental del capital; así como el significado del espacio social actual.

        Con relación al impacto que tiene el uso de tecnologías digitales en el área educativa, se despliega una comparativa de ciertos factores que influyen en el docente. En tal sentido, se representa el capital cultural que de acuerdo con Bourdieu (1987) se constituye de tres estados:

        I. Estado incorporado. Es la asimilación de conocimiento mediante un proceso de integración de forma inconsciente o consciente, el cual no es hereditario de forma física.

        II. Estado objetivado. Es aquel que se encuentra de manera física como libros, pinturas, maquinaria o instrumentos. Visto en términos de un capital económico, tales objetos pueden ser heredados.

        III. Estado institucionalizado. Se representa como la objetivación del capital cultural mediante un título escolar o documento afín y le confiere al sujeto competencia cultural. De esta manera, el título facilita la obtención de un trabajo remunerado.

        Dichos estados conforman lo que permite al individuo adquirir un capital para enfrentarse a los nuevos requerimientos de la sociedad actual. Sin embargo, es un evento cíclico, aquello que es constante y que le brinda al docente continuamente más de ese capital cultural. Entonces, el espacio social — que plantea Bourdieu — está condicionado por la distribución del capital económico y cultural de cada una de las personas que se desenvuelven en él (BOURDIEU, 2011). De modo que, el acceso a la tecnología digital y los tres estados del capital definen el contexto donde los docentes laboran, elementos que fungen como un complemento que le permite desenvolverse como alguien que está en constante cambio.

        Marín-Díaz et al. (2015) indican que la integración de tecnologías digitales al aula propicia mejores resultados en tareas académicas; así como el saber manejar las tecnologías, favorece la definición de redes académicas entre docentes, dinamismo en el trabajo y en clase y mejoramiento de la enseñanza, lo cual incentiva y contribuye al aprendizaje. Por tanto, el proceso de incluirlas al quehacer didáctico sigue dotando de capital cultural a aquellos inmersos en el espacio social.

        Bourdieu (1992) denomina al habitus como elementos creadores y planificadores o estructuras estructurantes de otras prácticas y representaciones. De manera que emplear tecnología en la escuela, determina el habitus, donde se manifiestan prácticas individuales y grupales (SALADO-RODRÍGUEZ et al., 2016) señalan. En esta misma idea, Salado-Rodríguez y Ramírez-Martinell (2018) mencionan que las personas conforman un habitus que se relaciona con el conocimiento para realizar actividades. Igualmente, los autores destacan que la escuela superior contiene rangos o niveles entre individuos y otras universidades, los cuales tienen intereses en común como la aplicación de prácticas culturales en el aprendizaje.

        El conjunto de conocimientos, objetos y reconocimientos que el individuo tiene, es su capital cultural, el cual está representado como el tiempo invertido y el procesamiento del aprendizaje para construir su habitus (SALADO-RODRÍGUEZ, et al., 2016). Lo anterior nos remite al capital incorporado que plantea Bourdieu. Cabe destacar que la combinación del estado incorporado y el objetivado, alimenta el institucionalizado mediante la obtención de un título y que comprueba que tiene capital cultural (BOURDIEU, 1987). El autor señala que mediante un reconocimiento institucional se da una valoración entre pares y es comparable con los títulos de los demás individuos con lo cual se busca una acreditación y validación.

1.2.1. Tecnologías digitales y el estado objetivado

        Como se menciona previamente, el estado objetivado está compuesto por los bienes que el individuo tiene acceso. En este caso, las tecnologías digitales que emplea el docente, las que le proporciona la universidad y aquellas que se encuentran de acceso libre en línea. En esta investigación, las tecnologías se abordan como: dispositivos tecnológicos - herramientas físicas - y los recursos tecnológicos - aquello que no se puede presenciar de manera física -; y que cuenta con tres divisiones: aplicaciones o programas, recursos de información digital y servicios digitales, como se muestra en la Imagen 1.

Imagen 1 - Clasificación de las tecnologías digitales


https://bit.ly/3Hgr8q0 

Fuente: Elaboración propia (2023).

Una de las principales características de los dispositivos tecnológicos actuales es la llamada ubicuidad, que de acuerdo con Escofet (2020) es el atributo que permite a los dispositivos como laptops, teléfonos inteligentes o tabletas adecuarse a los requerimientos de los usuarios; en el sentido en que se adaptan a las maneras de vivir de la sociedad actual. Asimismo, además, menciona que dicha propiedad faculta a sus portadores el acceso a internet de manera instantánea - ubicuidad.        

                

1.2.2. El estado incorporado del docente

        El segundo elemento para conformar el capital cultural digital del docente, es lo que ha aprendido durante su vida. De acuerdo con Martínez y Gutiérrez (2020), el estado incorporado son los hábitos adquiridos a través del tiempo, los cuales están unidos a la persona y son independientes de los objetos materiales.

        Bourdieu (1987) precisa que este estado se adquiere en un principio, dentro del seno familiar y está ligado a la socialización y posteriormente, depende del tiempo que se le dé al individuo para socializar fuera del hogar. Así, el tiempo invertido en el proceso se relaciona con el esfuerzo que tiene de adquirir nuevos conocimientos. Por tanto, el conocimiento incorporado desde la infancia hasta aquellos saberes adquiridos de su disciplina y su profesión o destrezas tecnológicas, dotan al docente de un capital que seguirá desarrollándose.

1.2.3. El estado institucionalizado. Reconocimientos al docente

        Se describe como la representación física del capital cultural en forma de un título escolar; confiere acreditación de que se cuenta con conocimiento que valida frente a individuos y sociedad (BOURDIEU, 1987). Ochoa y Alvarenga (2021) lo ejemplifican como calificaciones académicas, diplomas, reconocimientos o títulos profesionales los cuales son distinguibles ante un colectivo. Asimismo, la persona es comparable con sus pares y ante la comunidad y también el sujeto puede ser sustituible o canjeable con otros (BOURDIEU, 1987).

        Con relación a la acreditación de los profesores, Martínez y Gutiérrez (2020) indican que un capital válido se fundamenta en el conocimiento y reconocimiento de la labor del docente. Dichos autores mencionan que este capital se certifica por la universidad y el colectivo que la conforma los cuales constituyen cierto entorno. Asimismo, Bourdieu (2011) señala que en este entorno - o espacio social - se dan una serie de intervenciones para que el individuo conserve o modifique su posición dentro de la institución.

1.3. Ciberespacio, un nuevo espacio social

        En función de las características de internet y de los dispositivos, la relación tecnológica entre ambos permite la creación del ciberespacio. Este entorno es una cooperación comunicativa entre usuarios (ASENCIO-GUILLÉN; NAVÍO-MARCO, 2018) y se concibe como un mundo alternativo que se crea gracias a las tecnologías digitales mediante la virtualidad e internet, sin necesidad de presentarse en un determinado sitio físico (LÓPEZ, 2015). Al respecto de un entorno, Bourdieu (2011) señalaba que, en un espacio social, el capital económico y cultural determinaban el lugar del individuo dentro de ese entorno; entonces, al situarlo en el contexto del ciberespacio, quienes posean equipo y conocimiento suficiente, podrán determinar una posición relativa en él.

        En este sentido, se puede hablar del uso de avatares para realizar actividades dentro del ciberespacio, el cual interactúa en un universo como personaje virtual, en un escenario ficticio en el que se desenvuelve de manera social, económica e interactúa con otros (ABADE, 2017). Se localizan nuevos lugares de acceso, producción del saber y consulta y se generan entornos donde las personas se relacionan, compran, trabajan y estudian. Dichos sitios crean habilidades y competencias en los sujetos para desarrollarse en las actividades que realizan en comunidades sociales (GALVIS et al., 2017).

        Algunos elementos que describen el ciberespacio son la velocidad (en procesos y la sociedad en movimiento), interconexión (comunicación y transmisión), comunidades virtuales (cooperación y transmisión de conocimiento), inteligencia colectiva (intercambio de imaginación y energía intelectual), virtualización y eliminación de fronteras (ubicuidad) y universalidad (digitalización e interconectividad de forma ilimitada a información y comunicación) (CARVAJAL, 2016). Estos elementos permiten que los individuos estén presentes en un entorno inmaterial. La virtualización actúa relacionándose con la escritura, lenguaje, cuerpo, técnica, texto, el saber, las identidades y la constitución de la persona (TABLA, 2020). Asimismo, ya que el espacio virtual es relevante y atractivo, se da la evolución de procesos que favorecen el conocimiento (BASTIDAS et al., 2018). En el caso de la educación en línea, en el ciberespacio se generan relaciones interpersonales educativas las cuales propician una formación (ÁLVAREZ, 2020). Igualmente, la comunicación mediante entornos virtuales es un aspecto que le proporciona al docente capacidades para desempeñarse digitalmente (VIÑALS; CUENCA, 2016). Al respecto, los autores también señalan que los nuevos cambios que devienen con la sociedad actual propician modificaciones en la manera de enseñar y aprender lo que deriva en un factor de influencia para que el docente innove sus procesos didácticos. Como lo expresan Bourdieu y Passeron (1996):

[…] el sistema escolar sólo puede acusar los efectos de los cambios morfológicos y de todos los cambios sociales que éstos cubren, bajo la forma de dificultades pedagógicas, incluso si prohíbe a los agentes el plantearse en términos propiamente pedagógicos los problemas pedagógicos que se le plantean objetivamente (BOURDIEU; PASSERON, 1996, p. 152).

        

        Estos cambios sociales, develan nuevas necesidades de adecuación tanto pedagógicas como actuales. Conforme surgen recientes requerimientos para los docentes, se acoplarán de acuerdo con la modificación de su capital cultural digital. Vale la pena mencionar las necesidades educativas de la actualidad puesto que el cambio de actividades presenciales a distancia se dio de manera abrupta. Resalta la demanda de un análisis de dicho capital de los docentes universitarios que identifique sus requerimientos específicos para mejorar las condiciones en su labor didáctica.

2. Método

        Se enfocó en un cuestionario con elementos cuantitativos y cualitativos con un enfoque descriptivo exploratorio. Los elementos mostrados forman parte de una investigación institucional de mayor tamaño que engloba el interés por conocer la cultura digital de los docentes universitarios. Las fases del presente estudio se englobaron en:

        • Revisión de literatura entorno a los análisis de Bourdieu sobre habitus, capital cultural, espacio social y prácticas; también sobre el ciberespacio, tecnologías digitales y el contexto actual de pandemia en el área educativa;

        • Análisis sobre constituyentes del capital cultural digital del docente universitario de acuerdo con la visión de Bourdieu;

        • Determinación de los indicadores del cuestionario relacionados al capital cultural digital del docente;

        • Propuesta de un modelo del capital cultural digital de docentes universitarios;

        • Recuperación de la información de los participantes (análisis realizado en el estudio institucional previo).

2.1. Participantes

        El estudio se realizó con docentes de la Universidad Autónoma de Baja California en Ensenada, B. C. Se optó por una muestra aleatoria simple, cuyo tamaño se determinó con la fórmula de Cuesta y Herrero (2010):

https://bit.ly/3n6xtgU 

Donde:

n: tamaño de muestra

Zα/2: nivel de confianza (95%)

N: tamaño de la población

P: frecuencia/probabilidad del factor a estudiar

e: estimación de error máximo

        Los valores fueron: N= 331; Z= 1.96; P= 0.5 y e= 0.05. El tamaño muestral obtenido fue de n=179 participantes.

Tabla 1 - Estructura del modelo sobre capital cultural digital del docente universitário

Dimensión

Factor

Contenido

Atributos del docente

Perfil general

Datos que identifican al docente.

Acceso a tecnología

Disponibilidad que tiene para acceder a tecnologías.

Formación en docencia

Información sobre la formación o capacitación del docente en torno a la didáctica y uso de tecnologías previo y durante la pandemia.

Formación en tecnología

Elementos de la universidad

Infraestructura y recursos

tecnológicos

Datos relacionados con las tecnologías que la universidad le proporciona al docente para su uso.

Educación continua

Capacitación que ofrece la universidad al docente para el manejo de las tecnologías digitales o didáctica.

Fuente: Elaboración propia (2023).

Las secciones del cuestionario que determinan el capital cultural digital de los docentes, contienen 19 reactivos, de las dos dimensiones y dos preguntas abiertas que se relacionan con la adquisición de equipo extra; así como la capacitación para adaptarse a las nuevas necesidades ocasionadas por el Covid-19.

3. Resultados

        Se presentan las secciones pertenecientes al capital cultural digital de los docentes, diferenciado por cada estado del propio capital: objetivado, incorporado e institucionalizado.

        En cuanto a las características de los docentes, se muestra una proporción equilibrada en cuanto a su género; sobre la edad, la media es de 45 años para ambos y la mínima de edad es de 25 y 66 como máxima. Con respecto a las modalidades de contratación laboral, 42.2% son de tiempo completo, 4.9% de medio tiempo, 48.1% de asignatura y 4.9% como técnico académico.

3.1. El estado objetivado de los profesores universitarios

        Los docentes indicaron que los dispositivos tecnológicos que poseían para apoyar sus clases eran principalmente equipo de cómputo (100%), 86.5% teléfono inteligente, 58.9% impresora/escáner, 44.9% tableta, 21.6% proyector y el 3.8% indicó contar con otro tipo de dispositivo tecnológico para diseño, lápices digitales o cámaras fotográficas/video.

        Respecto a los apoyos universitarios para las actividades académicas, 58.3% de los participantes expresaron estar de acuerdo con tener suficientes dispositivos tecnológicos de apoyo. Asimismo, 75.2% afirmó que cuentan con suficientes accesos a programas y aplicaciones, mientras que el 90.8% recoció poseer suficiente disponibilidad de recursos de información y servicios digitales.

        Referente a la necesidad por parte de los docentes de adquirir nuevos equipos o actualizar los que ya tenían a causa de la pandemia; 33% mencionó que necesitó adquirir una computadora portátil, 17.3% un teléfono inteligente y 10% una computadora de escritorio. El resto de los participantes señaló haber comprado tabletas, proyectores, impresoras, y otros equipos específicos según su profesión.

        Asimismo, se realizó una revisión de las páginas web de la universidad, en las cuales se encontraron accesos libres e información sobre herramientas para apoyar al docente en su labor. La página principal cuenta con enlaces a portales relacionados con la formación continua, difusión de noticias de la UABC o elementos que conforman la estructura orgánica de la misma. Igualmente, en las páginas de las facultades o coordinaciones, se encuentran accesos para cursos de capacitación, trámites administrativos y académicos, servicios y prestaciones del docente.

        En la página dirigida de formación continua, se encuentran cursos en línea para los profesores, así como información sobre aplicaciones libres de apoyo a diferentes tareas del docente, como la administración de cursos, accesibilidad, almacenamiento, conferencias, gamificación, infografías, podcasts, videotutoriales, redes sociales, por mencionar algunos.

3.2. El estado incorporado de los docentes

        Con relación a la escolaridad de los docentes de tiempo completo y de asignatura - representa 90.3% del total de participantes -, 9.6% tiene licenciatura, 2.4% alguna especialidad, 38.9% maestría y 49.1% doctorado. Los participantes indicaron haber realizado cursos en tecnología digital en los últimos cinco años, de ellos, la media fue de cuatro cursos y el valor máximo presentado de 25. Referente a cursos con temáticas en didáctica, se tuvo un valor medio de tres y el máximo correspondió 15. Se dio el caso donde algunos participantes no tomaron ningún taller de actualización.

        Asimismo, en cuanto al nivel de destreza en el manejo de tecnología digital, en la Imagen 2, se aprecia la distribución de la autopercepción de los docentes.

Imagen 2 - Distribución de destreza en el manejo de tecnología digital

https://bit.ly/445Y4uZ 

Fuente: Elaboración propia (2023).

Con respecto a los cursos que la universidad pone a disposición del docente para su instrucción; alrededor de 91% de los participantes coincidieron en que se cuenta con suficiente oferta de formación continua relacionada al manejo de tecnología digital y aspectos didácticos.

        A raíz de la pandemia por Covid-19, el 68.6%) de los docentes, afirmaron haber tenido la necesidad de actualizarse para continuar con sus clases a distancia. De hecho, en una pregunta abierta, se les cuestionó sobre la obligatoriedad existente de impartir clases a través de medio digitales. Las respuestas obtenidas fueron diversas, 14.6% afirmó estar de acuerdo como mantener por dicho medio a causa de la pandemia; no obstante, 8.1% indicó estar preocupado por el uso de tecnologías en cuanto al acceso a dispositivos que pudieran tener los estudiantes, y 4% señaló estar en desacuerdo con esta medida. De las frases que mencionaron los encuestados respecto a la pregunta sobre el uso obligatorio de las tecnologías digitales para continuar con sus actividades académicas, las de mayor relevancia fueron: “necesario”, “me parece bien”, “diferencia socioeconómica”, “debe ser opcional”, “en desacuerdo”, “depende de la asignatura” y “de acuerdo”.

3.3. El reconocimiento como estado institucionalizado del docente

        Se realizó una distinción de aquellas profesiones relacionadas con el manejo de la tecnología digital y con temas de didáctica, como se observa en la Tabla 2.

Tabla 2 - Distribución de escolaridad en el manejo de tecnología digital

Manejo de tecnología digital

Escolaridad máxima

Porcentaje

Diplomado

23.2

Licenciatura

6.5

Especialidad

3.2

Maestría

7.0

Doctorado

5.9

Ninguno

54.1

Total

100.0

Fuente: Elaboración propia (2023).

Con relación a aquellos que cuentan con estudios en temas de didáctica, en la Imagen 3 se presenta la distribución según su escolaridad.

Imagen 3 - Distribución de escolaridad en temas de didáctica

https://bit.ly/3oJLhym 

Fuente: Elaboración propia (2023).

Con respecto a la capacitación continua que la universidad les brinda, 91.3% de los participantes señaló estar de acuerdo en que se les proporcionan suficientes cursos de actualización en temas de manejo de tecnologías. Asimismo, 90.3% afirmó estar de acuerdo en la suficiencia de la oferta de cursos en temas de didáctica.

3.4. Capital cultural digital en el quehacer diario del docente

        De acuerdo con Bourdieu (1987), quienes poseen mayor capital cultural y un reconocimiento institucional ante la sociedad, el individuo será más competitivo con el resto del colectivo y tendrá más facultades para obtener mejores puestos. De acuerdo a lo planteado, se realizó un análisis entre el tipo de contratación y la escolaridad de los participantes, donde la mayoría se encuentra como tiempo completo (160 profesores) con escolaridad máxima de maestría o doctorado (véase Tabla 3).

Tabla 3 - Escolaridad dependiendo del tipo de contratación del docente universitário

Tipo de

contratación

Escolaridad

Licenciatura

Especialidad

Maestría

Doctorado

Total

Asignatura

14

4

48

23

89

Técnico académico

3

0

3

3

9

Medio tiempo

2

0

5

2

9

Tiempo completo

2

0

17

59

78

Total

21

4

73

87

185

Fuente: Elaboración propia (2023).

Consideraciones Finales

Consideraciones Finales

Posterior a la revisión de resultados se encontró que, en su mayoría, los docentes cuentan con ciertos elementos tecnológicos que les permiten adecuarse a las nuevas necesidades tecnológicas de la actual pandemia. Sin embargo, hubo quienes tuvieron que adquirir o actualizar su equipo para poder cumplir con los requerimientos de la nueva modalidad de estudio, las clases a distancia.

        Al respecto, la opinión de los participantes con relación a la obligatoriedad de usar los medios digitales para continuar las clases, dan cuenta de algunos factores como la brecha digital que puede presentarse ya sea de destrezas digitales, acceso a equipo suficiente o generacional. Lo anterior alude a la afirmación de Schlomann et al. (2020) quienes recalcan la diferencia en cuanto a edad y la facilidad de empelar las tecnologías. Si bien Bourdieu (2011) plantea que el acceso a los bienes materiales como un capital objetivado caracteriza al individuo, el estado incorporado funge un papel importante debido al contexto en el que se desenvuelve el docente.

        Otro elemento importante en el análisis del capital cultural digital de los profesores universitarios, es la notoria distribución del tipo de contratación laboral que consiguen dentro de la universidad dependiendo de su escolaridad. El capital que ellos tienen, determina el nivel que obtienen dentro de la universidad. Bourdieu (2011) lo señalaba al mencionar que el acceso a materiales, determinaba o condicionaba la presencia en un entorno social.

        En general, la mayoría cuenta con un estado objetivado amplio, un estado incorporado adecuado y con reconocimientos que le permiten tener mejor nivel de contratación dentro de la universidad, como por ejemplo ser profesores de tiempo completo. Con lo cual se reitera la pertenencia de un capital cultural que plantea Bourdieu (1987). A su vez, el capital cultural digital da cuenta de la evolución que tuvieron los docentes debido a la pandemia y de las nuevas necesidades que surgieron, ante los cambios presentados y los requerimientos tecnológicos que se les demanda.

        La interiorización de los saberes y su exteriorización como un habitus del capital cultural digital del docente universitario, supedita la identidad del mismo dentro de la sociedad y del espacio social - su institución pública - en el que se desarrolla y alimenta continuamente su capital para adaptarse a las nuevas necesidades educativas y tecnológicas del contexto actual.

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