Freddy Esquivel Corella
condicionarlas, anticiparlas y controlarlas, como aparentes respuestas (Gianna, 2015; Lavoratti;
Costa, 2016; Siqueira, 2023)
Derivando en la comprensión del colectivo profesional, en su innata condición
asalariada18; lo cual, es todavía un imperativo mayor, para establecer parámetros de
movilización en espacios de incertidumbre que arrojan las mediaciones constitutivas de su
intervención profesional19 (Horst; Freire; CRESS, 2023; Sousa, 2008; Guerra, 2020).
Por ello, se logró debatir aquellas concepciones que argumentaron que la intervención se
encuentra regida por procedimientos, criterios, normas y reglamentos previamente definidas
por las organizaciones sociales, sobre los cuales las (os) agentes profesionales no ejercen
influencia, resistencia, reconducción o espacios de maniobra alguna (Guerra, 2025; Forti;
Guerra, 2010).
Todavía, de manera más delimitada, en especial para una profesión con demandas de
intervención tan determinantes como lo es el Trabajo Social, y en los llamados espacios
gerenciales, la investigación de Guerra (1995), auxilió para situar los influjos que han tenido
preponderancia para ecualizar la comprensión entre naturaleza y sociedad, al limitar el
conocimiento a la apariencia inmediata, donde el racionalismo formal acaba por trasladar
procedimientos del método lógico experimental para el análisis de la sociedad, lo que permite
establecer tanto modelos20 de explicación, como patrones programáticos de intervención social,
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Léase muy detenido lo siguiente: “(porque por favor, no nos hagamos ilusiones, quien entra a trabajar a una
institución, a una organización, tiene compromisos muy claros y no los puede violar arbitrariamente) (...) Este rol
mediador no significa ni un aporte a la sublevación o a la insurrección general. Significa (...) colocar una especie
de piso donde se pueda transaccionar, negociar” (Netto, 1998, p. 48). Debe reconocerse también que el/la
profesional en Trabajo Social vivencia algunas premisas similares que el resto de las camadas asalariadas en el
capitalismo, vendiendo sus conocimientos, habilidades interventivas, prácticas privativas por ley, elaboración de
ciertos productos -peritajes, estudios, diagnósticos, informes, evaluaciones, investigaciones, entre otros ,
respondiendo por lo tanto a las exigencias de la organización contratante, sea por jornada laboral, resultados,
cumplimiento de objetivos o entrega de evidencias específicas.
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A lo cual se agrega: “(…) la legitima demanda proveniente de las necesidades sociales de los segmentos
demandantes de los servicios sociales. La demanda profesional incorpora la demanda institucional pero no se
restringe a ésta, pudiendo y debiendo ultrapasarla. La construcción de la demanda profesional impone al
profesional la recuperación de las mediaciones ontológicas e intelectivas que dan sentido histórico a la
particularidad del Servicio Social en una totalidad dada relativa” (Pontes, 1995, p.174, traducción propia). De no
aprovechar el trabajo con las mediaciones, el o la profesional pueden ubicarse en lo que se ha llamado el profesional
domesticado o cínico, o bien el/la héroe, léase: “ La primera es la de, simplemente ejecutar sus atribuciones
institucionales, o sea, desempeñar aquellas atribuciones que le están asignadas por la institución (...) puede
simplemente situarse ejerciendo una función unilateral, situarse como un vector ejecutivo de la organización o de
la institución (...) la segunda, es ejercida por aquel profesional que -aun manteniéndose en el espacio de la
institución o de la organización- pretende hacerse vector únicamente de las demandas de los usuarios, o sea, una
sola dimensión en el sentido opuesto (...) Es el profesional heroico, es aquel tipo que está dispuesto incluso a perder
su trabajo, y casi siempre lo pierde. Y al perderlo, no pierde solamente sus condiciones de reproducción, su salario,
también pierde el espacio profesional específico, porque es precisamente en este campo de tensión que él puede
desempeñarse como Trabajador Social. El resto es militancia, muy generosa, muy respetable, pero militancia
profesional voluntaria, que es una forma de escaparse o ser expulsado del campo profesional” (Netto, 1998, p. 36-
37).
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A lo cual se adiciona: Este repertorio técnico tiene su racionalidad hipotecada a las regularidades sociales
Libertas, Juiz de Fora, v. 25, n. 2, p. 695-716, jul./dez. 2025. ISSN 1980-8518